Historia
El origen y la fundación del pueblo están rodeados de un halo de misterio, sin que se sepa nada cierto sobre ello. Autores del siglo XVII recogen diferentes teorías. Todas ellas, eso sí, sin base documental:
“Su fundación fue por comisión de la Santa Iglesia de Coria y de D. Enrique IV por los años 1292 en Cortijos o casa de un caballero de Cáceres de los de apellido de Cano de la Rocha, de donde se llamaron Aldea del Caño o el cano”.
“Es aldea de la villa de Cáceres y aunque se ignora el establecimiento u origen, se dice que fue venta que llamaban de Cano. Dicha venta, conocida como Venta del Cano, servía de hospedaje a todos aquellos que venían por la Ruta de la Plata con destino al Norte, o bien al Sur. Alrededor de dicha venta, se fueron construyendo algunas casas debido a la cercanía de la venta con Cáceres y con Mérida”.
No obstante lo anterior si podemos decir que probablemente con anterioridad a las fechas citadas existiera algún tipo de doblamiento en la zona desde época romana. Los romanos, se aposentaron por estos lugares cuando Octavio Augusto fundó Mérida. Aquí había una piedra milenaria que decía “TRAJANO CONS II” que significa que siendo segunda vez Cónsul Trajano, se construyó o reparó la vía militar.
Hay también numerosos restos de castros y villas romanas así como varias inscripciones sepulcrales en las inmediaciones del pueblo.
En resumen, si bien es difícil recopilar datos sobre la historia de la localidad, pues la mayor parte de los archivos municipales antiguos han desaparecido hace ya muchos años, coexisten dos teorías principales sobre el origen de nuestro pueblo y de su nombre:
El origen del pueblo de Aldea del Cano, que también se llamó Aldehuela, parece ser que se debe a los romanos. Existen varias inscripciones sepulcrales y restos romanos que sostienen esta sospecha.
La fundación del mismo es antiquísima, sin que pueda fijarse la época por no hallarse el más mínimo dato; pero por algunas ruinas y escombros que existen y datan de algunos siglos, se deja conocer su antigüedad, y esto se confirma con la memoria que en el pueblo se conserva de haber existido un convento cuyas ruinas han desaparecido totalmente.
Existe una teoría sobre su fundación muy extendida entre la población, que consiste en la existencia de una venta, llamada Venta del Cano, que servía de hospedaje a todos aquellos que venían por la Ruta de la Plata con destino al Norte, o bien al Sur. Alrededor de dicha venta, se fueron construyendo algunas casas.
Otra teoría, esta menos conocida, habla de que habiendo en Aldea del Cano numerosos manantiales y fuentes, se comenzó a construir viviendas en este lugar, llamándose el pueblo Aldea del Caño por la cantidad de fuentes existentes. Con el tiempo, pasaría a llamarse tal y como lo conocemos hoy.
Localización
Aldea del Cano esta situada en la provincia de Cáceres e integrada en la comarca de Montánchez.
Se encuentra a muy poca distancia de los núcleos con mayor riqueza histórica y cultural de la región.
La localidad se encuentra en la carretera N-630, la que antiguamente era la “Vía de la Plata” de la que quedan algunos restos de ella, distando de Cáceres aproximadamente a unos 22 Km y de Mérida a unos 47 Km.
Por otra parte su proximidad a la Sierra de San Pedro y diferentes embalses con los que cuenta a su alrededor hacen de Aldea del Cano un lugar idóneo tanto si estas buscando enriquecer tu patrimonio cultural como si deseas unos días de tranquilo descanso en contacto con la naturaleza.
Demografía
La población de Aldea del Cano alcanza el máximo poblacional en 1930, año en el que el municipio llegó a tener 2.203 vecinos. Desde esta fecha a la actualidad el descenso de la población has sido progresivo, sobre todo a partir de la década de los sesenta.
La proporción existente entre hombres y mujeres en la actualidad presenta una diferencia a favor de las segundas, que alcanzan el 51,1% de la población frente al 48,9% de los varones.
La emigración es la verdadera protagonista de la población de Aldea del Cano a lo largo del presente siglo, especialmente marcada entre 1950 y 1980 en que se pierde el 60% de la población; lo que se traduce en una agudización del envejecimiento, un incremento de la mortalidad y una caída de la natalidad, procesos que han influido en la existencia de un crecimiento natural muy negativo.